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Marella Caracciolo Chia recuerda que fue en Ninfa donde se conocieron el noble italiano Leone Caetani y Vittoria Colonna.
El matrimonio infeliz surgido de su encuentro terminó en 1921, cuando Leone, que acaba de heredar el título familiar de duque de Sermoneta, buscó refugio y un lugar donde empezar una nueva vida en el remoto Valle de Okanagan, en la Columbia Británica. Tras la partida del duque, su madre Ada –una inglesa apasionada por la jardinería– y su hermano Gelasio hicieron realidad el sueño de Leone y transformaron las desoladas ruinas de Ninfa en el exuberante jardín que aparece en el vídeo de la campaña Gift de Gucci dirigido por Floria Sigismondi.

Cuando Vittoria Colonna llegó por primera vez a Ninfa en la primavera de 1901, las ruinas medievales seguían siendo un lugar romántico, salvaje y misterioso. En aquella época, Leone Caetani, el primogénito de los duques de Sermeneta Onorato y Ada, vivía en el húmedo palacio que la familia tenía en Cisterna, desde donde regentaba las vastas tierras que la familia poseía en las Lagunas Pontinas. Tras recorrer sus tierras a caballo para vigilar los rebaños y las cosechas, este viajero intrépido y académico prestigioso especializado en la historia del Islam escribía cartas impregnadas de melancolía. "Me siento tan solo y olvidado", le confesaba a su madre inglesa en 1898, con una letra casi ilegible debido a los efectos de la quinina sobre su sistema nervioso, un remedio utilizado en aquel entonces contra la malaria.

Aquella mañana de abril de 1901, Vittoria y un pequeño grupo de amigos habían salido al filo del alba de su hogar, el magnífico Palazzo Colonna. Los coches, de los primeros que circulaban por Roma, dejaban en el aire un eco atronador que impregnaba la Ciudad Eterna de un extraño aroma de modernidad. En aquella hora del día, las calles y plazas estaban casi desiertas, el aire era fresco y las cúpulas de las iglesias vibraban en la luz rosa, como recortadas en el cielo azul. Tras recorrer a todo gas la Vía Apia, el grupo entró en la enorme propiedad de los Caetani. En los años dorados de la Belle Époque, los Caetani, al igual que los los Colonna, seguían conservando sus propiedades ancestrales, miles y miles de hectáreas junto al mar salpicadas de ríos y lagos que llegaban hasta los montes Lepinos e incluían ciudades como Sermoneta, Bassiano o Cisterna. Tal como escribiría Vittoria años más tarde, "más que una propiedad privada, era un pequeño reino". El corazón y el símbolo de este poder ancestral era Ninfa,

una ciudad construida junto a un lago al pie de los montes Lepinos y atravesada por un río de agua clara y helada. El territorio está lleno de fuentes que se evaporan con el calor y transforman el aire en una sustancia casi tangible. Pese a los altos muros que la rodean, Ninfa –con sus siete iglesias, cientos de casas, tiendas y curtidurías– fue destruida en apenas unas pocas horas en el año 1832: los habitantes de una ciudad rival vecina, liderados por un Caetani, la asaltaron por la noche, prendieron fuego a los edificios y asesinaron a la mayoría de la población.  En los siglos posteriores, Ninfa quedó aún más aislada a causa de la malaria hasta convertirse en la "pequeña ciudad muerta" adorada por el gran historiador Gregorovius y otros devotos de la mística romántica. Pese a su encanto, Ninfa se hizo sobre todo conocida por sus siniestras leyendas. El aislamiento de la ciudad terminó en los años 20, cuando los últimos descendientes de la dinastía de los Caetani limpiaron las zarzas de las ruinas y transformaron Ninfa en el sublime jardín que Floria Sigismondi ha sabido evocar con maestría en su vídeo.

El primer encuentro en Ninfa entre Leone, quien por aquel entonces tenía 32 años, y Vittoria, mucho más joven, parecía casual, pero en realidad había sido organizado por un tío de ella. Aunque los Colonna seguían siendo propietarios de la mayoría de sus tierras ancestrales, su situación financiera no era boyante, como les ocurría a muchas otras dinastías romanas a principios del siglo XX, y para las mujeres jóvenes como Vittoria (una de las más bellas de su época) la única opción era procurarse un buen matrimonio. Aquella mañana de abril, cuando llegó Vittoria, Leone estaba paseando entre los restos del hortus conclusus de Ninfa, un jardín amurallado donde cuatro siglos antes su antepasado Francesco Caetani (gobernador de Milán, virrey de Sicilia y grande de España) había plantado una extraordinaria colección de anémonas.  Atraída por el ruido que hacían los chorros de agua al caer en las antiguas cisternas, Vittoria se acercó al imponente portal de piedra que aún hoy conduce a esta parte del jardín. Unos años después, la princesa escribiría desde Londres: "Aún puedo ver tu amado rostro con el bigote mecido por el viento y, aunque sé que parece imposible, siento que entonces ya te quería".

Ese día, los prados de Ninfa estaban cubiertos de violetas y ciclámenes y bajo los puentes corrían ligeras las aguas frías y cristalinas del río Ninfeo, donde se adivinaba la silueta de alguna trucha. En la orilla del río, sobre un gran mantel de lino, había comida, platos de cerámica, vasos de cristal y cubertería de plata con la cimera de la familia, y Leone fue invitado a unirse a la comida al aire libre. Las ruinas cubiertas de yedra, el murmullo del agua, el aroma del jazmín salvaje y las rosas creaban una atmósfera mágica y fascinante que Vittoria recordaría durante años y que el vídeo de Sigismondi  resucita con gran talento. "En aquella época", explica Vittoria en su libro de memorias, "Ninfa estaba aislada y llena de poesía". El jardín unió a Leone y Vittoria y selló su destino. Según cuenta Vittoria, "Durante la comida nos sentamos el uno junto al otro y, al final del día, Leone me pidió la mano".
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Marella Caracciolo Chia cuenta desde dentro la historia de la aristocracia italiana propietaria del Jardín de Ninfa en Cisterna di Latina, el escenario del vídeo de la campaña Gift 2016 de Gucci.El Jardín de Ninfa
 

Marella Caracciolo Chias Insiderstory über den italienischen Adel, der im Besitz des Gartens von Ninfa in Cisterna di Latina war, der Filmkulisse für die Gucci Geschenk-Kampagne 2016.Der Garten von Ninfa
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